martes, 25 de febrero de 2025

"Qué hacer y no hacer en una reforma"

Resulta que mi pareja y yo hemos comprado una casa, concretamente el piso de alquiler en el que llevaba viviendo quince años, así que había tirado y redistribuido todas las estancias cientos de veces... En mi cabeza, quiero decir. Y llegó el momento de materializar ese sueño. Os voy a ahorrar el proceso y, con suerte, bastante sufrimiento, ira, desesperación y discusiones. Así que, una vez más, poned la música y reíros conmigo. Por cierto, la premisa de este vídeo es que la reforma la llevéis a cabo sin contratar a un arquitecto que supervise la obra. Si fuera así, entiendo que os ahorraríais el 90% de los problemas. Pero estamos hablando de una reforma, no de una obra nueva.

Qué hacer y no hacer en una reforma

-sistema de 10 pasos-

  1. No supongas nada. La premisa de cualquier obra es no hacer suposiciones. Y cuando digo "nada" es sobre nada.  "Ellos lo tienen que saber, no es su primera obra". Tú pregunta, 
  2. Presupuesto cerrado. Ya, parece un básico, pero mi obra la hemos hecho por el sistema de "administración", que se suponía que iba a salir más barato... No os digo el incremento porque hasta que no termine no lo sabré. El caso es que si pagas por día, pues el trabajo se eterniza, porque no les pesa a ellos. Es más, si no tienen otra obra en la que meterse al terminar, ¿para qué van a hacerlo rápido?
  3. Materiales en plaza. Esto en la Península no debe ser un problema, pero yo vivo en Canarias y aquí todo tarda "un mes", que se convierten en tres. No hay nada en stock, nada. Si empiezas la obra sin los materiales puedes verte en la situación de que los necesiten y tarden un mes más en llegar.
  4. Medidas. Hay cosas en las que tú no deberías estar encima, que cualquier profesional debería preguntarte, pero como partimos de la base de que "no hay que suponer nada", lo siguiente es que tengas en cuenta todas las medidas y las revises. Sí, tú. Algo como poner un interruptor al lado de la puerta puede terminar siendo un problema si no tienen en cuenta el tamaño del tapajuntas... Y arreglar supone quitar y volver a poner, más tiempo y más dinero.  
  5. Colores. Sobre todo en los baños, si no tienes iluminación natural, ten en cuenta que se va a ver mucho más oscuro que en la tienda. Mucho. Nada se parece a la foto de un catálogo, olvídate. Así que si no quieres ducharte en una gruta, apuesta por colores claros, porque no lo van a ser tanto en tu casa. 
  6. Fotos. Saca fotos a las cosas que te gusten en persona y haz un listado de lo que quieres, que después te lías con las referencias, los colores, los tamaños y las formas. Parece una tontería, pero desde que eliges hasta que lo ves puesto pasan varios meses. Cuando has visto un centenar de baldosas, te olvidas de cómo eran exactamente. Te llega el lavabo cuadrado y piensas, ¿no lo elegí ovalado? Parece una tontería y pensarás que a ti no te va a pasar, pero sucede. Yo elegí unas baldosas muy bonitas con relieve en un color beige, todo muy mediterráneo, y cuando las pusieron tenían unas rayas, un color poco uniforme, unas manchas... Pues han insistido hasta la saciedad en que las baldosas eran así. Lo único que podía pensar de mí misma era que estaba ciega y tenía el peor gusto del mundo. Pues oye, que tengo la foto en el móvil del día que las elegí: color uniforme, sin rayas ni manchas. Pero puede costarte la salud mental.
  7. Interiores. Ésta también va íntimamente ligada a la de "no suponer". Cuando preparas una reforma habrás visto cientos de vídeos, fotos, reels, tutoriales, "antes y después", etc. Resulta que hay cosas que das por supuestas. A mí me pasó con el interior de los muebles de cocina. Todos los muebles que había visto tenían cajones que llegaban al borde inferior. En la tienda que escogí pedí todos los interiores con cajones, dando por hecho eso y resulta que cuando los han instalado hay un espacio desaprovechado en la parte inferior por la bisagra de la puerta... Además, me han colocado los cajones a una altura muy rara, sin repartir el espacio interior del mueble. 
  8. Planificación. Al principio de una obra hay muchas cosas que hacer, así que los obreros están siempre ocupados. El problema viene al final o cuando unos dependen de otros. En caso de que el presupuesto sea cerrado y de que lo contrates todo con la misma empresa, ya se ocuparán ellos de que los profesionales estén coordinados; si, como yo, cometes el error de pagar por días, puede pasarte que haya días que estén mano sobre mano. Así que, al final de la obra solicita una planificación para que no se alargue en exceso.
  9. Si te ponen pegas, no lo hagas. Te parecerá una tontería, pero si te empiezan a poner pegas con algo, no lo hagas o simplifica el diseño. Lo mismo pasa si hay dos formas de hacer las cosas y ellos te indican una: seguramente el otro acabado no saben hacerlo. Ahórrate un cabreo. ¿Sabes esos rodapiés tan chulos que van a faz de la pared y que llevan led? Si les ves cara de "esto cómo se instala" pon unos de toda la vida, porque no hay nada peor que algo mal puesto.
  10. No te anticipes, pero pregunta. A veces vemos las cosas a la mitad y no nos gustan. No te anticipes ni sufras, pero no lo dejes estar. Acuérdate, nunca puedes suponer. Pregunta.
  11. EXTRA 1: tu casa no es un reel y para todo hay un relleno. Todas esas cosas maravillosas que ves en Instagram no se corresponden con la vida normal. Baja tus expectativas, serás más feliz. Nadie te va a enseñar lo que está mal, ni caes en los detalles cuando ves algo. En cualquier caso, todo es susceptible de ser rellenado con alguna pasta... ¡No desesperes! 
  12. EXTRA 2: "es la medida estándar" y "la normativa no lo permite / lo exige". Cuando empiezas una obra te topas con dos conceptos recurrentes: los estándares y la normativa. Cualquier cosa que te hagan es porque es "estándar", da igual lo que sea y lo que tú tuvieras en mente, lo han puesto así porque es estándar. Además, puede estar así en un cuarto de baño y en el otro a otra medida, también será estándar. Y si no, siempre puede ser "por normativa". ¿Cuál? Ni idea. Y da igual que te empapes el código técnico de edificación. Ah, eso si no te saltan con que no les gusta, que también tienes que tenerlo en cuenta: puede no gustarles. 
Las obras suponen un desgaste enorme. De hecho, creo que terminas cediendo por ese motivo: sólo quieres que terminen y se vayan. Cualquier defecto te parece asumible y terminas generando una "ceguera de obra". 

Si te metes en esto en pareja, intenta no pagar tu frustración con el otro. A mí me ha costado un montón de discusiones. De hecho, ahora que se acerca el final estamos teniendo algunas muy absurdas. De hecho, tuve que irme de viaje y decidir tomarme esto de otra forma, si no, no sé si habríamos superado la reforma. Paciencia.

lunes, 24 de enero de 2022

Aquí no es.

Qué curioso: el 22 de enero se cumplieron seis años desde que mi novio me dejara. No creo en la casualidad, en la vida hay sincronicidad. Estos días coinciden con mi "inicio" anual, ya que mi cumpleaños es el 16 de enero, así que es mi momento de cerrar y empezar. Pongamos música, cerremos los ojos, bailemos y volvamos a comenzar.



"Los básicos en una relación"

-sistema de 10 pasos-

1.- Expresa tus necesidades. Yo soy una persona sencilla y directa, que plantea las cosas sin subterfugios. Con los años he aprendido que cada uno interpreta la realidad desde su paradigma, con sus propios códigos, así que no podemos asumir que sean "los únicos" o mejores que los de otros. Desde la certeza de que nadie es como yo, actúo: cuando quiero algo, lo expreso, y si necesito ayuda, la pido. Si a ti te gusta, por ejemplo, ir a ver las luces de Navidad todos los años y has comenzado una relación, no esperes que tu novio te proponga ese plan concreto, quizá para él no sea algo especialmente interesante. Esperar que otro conozca cada aspecto de tus sueños y los colme no es sano, ni para ti, ni para el otro, ni para vuestra relación.

2.- No mendigues. Ahora bien, una vez el otro tiene claro qué es lo que quieres y que es importante, si no lo hace voluntariamente, no implores. Es un tema de amor propio: las cosas o se hacen voluntariamente o no sirven de nada. Ya le has dicho que te gusta ir a ver las luces de Navidad, le has propuesto dar un paseo y te ha dicho que no, pues ponte un jersey y disfruta de los colores. No esperes a que nadie que no seas tú llene tu corazón.

3.- Da una oportunidad. Digamos que ya has sido clara y cristalina en relación con tus "necesidades" (y ésta es una palabra que no me gusta porque la relaciono con "carencias", pero vamos a entenderla como "las cosas que quieres compartir") y tu pareja ha hecho caso omiso. En el Derecho inglés hay un principio: "todo perro tiene derecho a un primer mordisco". A ver, equivocarse es humano, quizá él no ha entendido la importancia que tiene para ti ir a ver las luces de Navidad. Las personas se entienden hablando: sincérate, sin reproches, habla desde el cariño.

4.- No esperes que cambie. Ya has expresado lo que quieres y has compartido tus inquietudes, aquí acaba tu injerencia. Si tiene menos detalles que el salpicadero de un Panda, es lo que hay, lo aceptas o te vas. Si te gustan las peras, busca un peral, no te arrimes a un olmo porque vais a vivir infelices los dos.

5.- Identifica el mínimo común divisor. Esto debería ser lo primero, pero cuesta conocer a las personas y vamos identificando sus valores con el tiempo, así que a veces descubres que esa personas a la que ya quieres no comparte los mismos principios que tú tienes tras un periodo de relación. Es una putada porque ahí ya duele desprenderse. Sí, duele elegirse a uno mismo -no debería ser así, pero es una tontería negarlo-. Tienes que aceptar que hay cosas que no se piden, que tienen que salir solas; que hay cosas que no se explican, que tienen que compartirse. Si no, puedes verte en situaciones muy ridículas, como explicándole a tu pareja que una "amiga" que le llama un domingo por la tarde para proponerle un trío (con otra amiga con la que está borracha), no es una amiga. Si para él la "amistad" incluye proposiciones sexuales, ¿quién eres tú para discutirlo? El problema es tan de base que no se puede hacer nada. A ver, siempre puedes pasarle una lista con lo que es y no es amistad: si quiere hacer un trío contigo, no es una amiga; si sólo te llama para saber si sigues teniendo novia, no es amiga; si lo único que tenéis en común es follar, no es tu amiga; si no le importa generarte un problema con tu pareja, no es tu amiga. ¿Pero te quieres ver en esa situación? ¿Crees que es eso lo que mereces? 

6.- Tu sitio te lo dan, no tienes que reivindicarlo. Al final, todo pasa porque tu pareja tenga claro qué lugar ocupas en su vida, no por un imperativo externo, sino porque salga de él. Uno no puede controlar lo que hacen los demás, ni que el sentido del respeto sea el mismo que rige en vuestra relación. Es a los miembros de esa pareja a los que corresponde establecerlos límites y procurar que terceras personas los respeten. Así que si te llama una "ex" proponiéndote un trío, obviamente no es responsabilidad tuya, pero sí lo es que esa persona tenga claro que esa proposición está fuera de lugar y no pude volver a repetirse. La respuesta no puede ser vaga, ni dar la impresión de que simplemente "no te viene bien", porque entonces estás dejando la puerta abierta para una futura propuesta y ahí quien está faltando el respeto a tu pareja eres tú.

7.- Las mochilas. Además de todo esto está todo el bagaje con el que llegamos a una relación, sobre todo a estas alturas de nuestra vida. A esta edad todos tenemos la piel curtida, cicatrices, experiencias que nos condicionan y terminamos reaccionando en el presente antes estímulos que están en nuestro pasado. Es muy difícil hacer "borrón y cuenta nueva", tener el valor de centrarnos en el presente, no dejarnos arrastrar por la nostalgia de lo que fue, que ya no está ni volverá, y darnos la oportunidad de ser felices. Muchos no son capaces de soltar el lastre y llegan a las relaciones con una carga que no va a permitir que una nueva relación florezca. Y si tú sí has hecho ese trabajo personal, debes ser lo suficientemente generoso contigo mismo y no establecer relaciones con personas que no están ahí. Porque no es justo para ti ofrecer un lienzo en blanco a alguien que sólo puede compartir contigo una esquina del suyo. Está claro que te ofrece todo lo que tienen, pero uno debe quererse bien y decir que no. Así que si tu pareja te dice que él es el pilar de su ex mujer y que eso va a seguir así siempre, eres sólo tú quien debe decidir si una relación triangular es aceptable. Y si lo es, "pa' lante". Pero no te engañes: el pilar de cada uno no puede estar fuera y es muy triste que tu pareja sienta que lo es de una tercera persona. Desde ahí no podrás construir nada.

8.- Mientras dura, todo; cuando termina, ni un día más. Ya somos mayores, todos tenemos claros que el "y felices para siempre" puede terminar dentro de un cuarto de hora, pero eso no importa porque el futuro no existe, sólo tienes el aquí y ahora mismo lo es todo. Si vives a medias para que duela menos cuando se termine (no tendría por qué doler, pero ni tú ni yo estamos iluminados, todavía), es como si construyes una casa sólo con la mitad de los ladrillos: un colador por el que se terminará yendo todo al traste. Lo que te den no depende de ti, tú sólo tienes "control" sobre lo que ofreces y sólo puedes decidir si te quedas cuando ves lo que te dan. No juegues con alguien que no es capaz de apostarlo todo. Eso sí, el día que termine, despídete y quita toda tu energía de esa persona.

9.- No dudes de ti misma. Esto es realmente difícil, sobre todo si, como yo, eres una persona que tiendes a cuestionarte para no caer en esas conductas que no quieres repetir. Quizá necesites hablarlo con amigos, pues hazlo, no es lo ideal, pero el refuerzo positivo externo funciona porque seguramente con tus amigos sí compartas esos "básicos" que con él no tienes. Escuchar que enfadarte cuando tu novio le dice a una chica que no le viene bien tener un trío (dejando la puerta abierta al siguiente fin de semana) es "normal", que eso en ningún caso son celos y que el concepto que tiene tu novio de amistad es de lo más cuestionable te va a reforzar y, con un poco de suerte, te mantengas en tu decisión. Pero, cielo, tú sabes qué es lo que quieres, qué es aceptable para ti y dónde está tu lugar. 

10.- Aquí no es. Consecuencia de todo lo anterior es que éste no es tu sitio porque, al final, quien decide eres tú y quien se tiene que dar un sitio en este mundo frente a todos eres tú misma. Y quizá pasen otros seis años o esto vaya a ser así siempre. Que no es lo que quieres, que te gustaría tener una pareja con quien compartir tu vida, sí, claro... La pregunta es, ¿a qué precio? Pero cualquier respuesta está bien, porque sólo nosotros sabemos qué podemos soportar y qué no. Quizá puedas sobrellevar que tu pareja tenga esta clase de "amigas", pero no seas capaz de acostarte sola cada noche. Nadie te va a juzgar, pero sobre todo, no lo hagas tú misma. Sé compasiva. 

 

jueves, 10 de diciembre de 2020

Superar una ruptura: "I will survive"

Antes de nada: pon la música.


Estás leyendo estas líneas porque te han dejado. 

Superar una ruptura
-sistema de 10 pasos-

1.- No se muere de amor. Ese dolor en el pecho, ese agujero que sientes donde se supone que late un corazón, esa desazón generalizada que se te instala en la boca del estómago... Pues de eso no te mueres. La vida sigue. Hale, arrea. Es que no hay mucho que añadir: VAS A VIVIR. Al principio se trata de "sobrevivir": levantarse, llorar, desayunar, llorar, ducharse, llorar, trabajar, llorar... 

2.- Odiar no es el camino. Algunas personas te dirán que odiar a tu ex te sacará de ese estado, de esa letanía. No sé si es cierto, lo que sí puedo asegurarte es que no es sano para ti. Sea cual sea la razón de la ruptura, esa relación existió para algo. No está bien convertir lo que surgió del amor en puro resentimiento. Ése no es el punto desde el que quieres vivir. Desoye a esas personas. 

3.- Muévete. Al principio hay que moverse y generar inercia. Tranquila, es sólo el primer momento. Y cuando digo "muévete", lo digo literalmente. No puedes dejar que tu cabeza tome el mando, a veces la jodida es traicionera y abre puertas que deben permanecer cerradas. Así que sí, muévete y evita escuchar esa voz quejumbrosa.

4.- Busca cosas que te llenen. Que sí, que te escuecen las mejillas de tanta lágrima, pero como ya has descubierto que no puedes morirte de desamor, la vida consiste en llenarla de cosas bonitas (para cada uno las suyas). Haz lo que sea que te guste: paseos, naturaleza, libros, plantas, música, baile, actividades deportivas, amigas, actividades manuales, aprender un idioma nuevo...

5.- Tínder no es una opción. Aléjate de cualquier app de citas. Ese vacío que sientes no lo colmará otra persona nunca. Además, las redes sociales magnifican cualquier sentimiento. Sí, es un chute lo de los likes, los matchs, las conversaciones con un montón de tíos, sentirte atractiva, deseada... Y quizá más adelante pueda ser un recurso si te apetece tener relaciones esporádicas, pero pasa un tiempo contigo misma, date espacio para sanar todas esas heridas. Aunque creas que ha sido él, estaban ahí antes.

6.- Apodérate del espacio. Si te quedas en la casa que compartíais, dedica un poco de tiempo a hacerla tuya. Ahora tienes tiempo de descubrir cuál es tu estilo, sólo tuyo, sin necesidad de negociar. Puedes comprar esos cuadros que nunca le gustaron, llenar la casa de plantas, poner esos cojines peludos que le daban alergia. Haz de tu casa tu hogar y aprovecha para conocerte un poco más en soledad.

7.- Mímate. Nadie va a quererte y cuidarte más de lo que tú lo hagas, así que empieza a tratarte bien: ponte cremas que te hagan sentir suave, compra esas flores que te gustan y te parecen un "derroche" (¿sabes? Cinco euros a la semana no van a marcar la diferencia entre la riqueza y la pobreza; y si no puedes y te gustan, date un paseo a las afueras y pilla unas flores silvestres que alegren tu casa y tu corazón), dedica unos minutos a meditar, pon la música a tope en el salón y baila... ¿Qué te apetece? Concédetelo.

8.- Desengánchate. Esto es lo más difícil. No te fustigues si le escribes, pero cada mensaje es un paso hacia atrás, un día que te alejas de ese momento (que te prometo llegará) en el que sonreirás plena y feliz. Además, en estos momentos es súper fácil caer en el punto loca: mensajes extra largos cargados de reproches. Hazme caso, te arrepentirás después y te reirás de esa versión lastimosa de ti misma. No obstante, salvo que termines con una orden de alejamiento, nada nunca es tan grave. 

9.- Llora. Te parecerá una tontería, pero llorar limpia, drena, ayuda. No te instales en la queja, pero deja que todo lo que hay dentro salga. Y no te asustes cuando creas que lo has superado y vuelva el dolor. El primer año es duro: el primer cumpleaños, el primer aniversario, la primera Navidad... Y sí, hay recaídas. No pasa nada. Deja que salga, no le des más importancia de la que tiene y sigue. La vida sólo tiene un sentido: hacia delante.

10.- De todo esto te reirás, te lo prometo.  Cada una tarda su tiempo, pero tarde o temprano caerás en la cuenta de que ese drama no es para tanto, de lo ridículo del asunto y de que estás rodeada de personas que te quieren y te apoyan. Da igual lo triste que sea tu historia porque puedes contarla entre risas, te lo juro. Yo me comprometí conmigo misma a que sólo lloraría de risa, así que cuando estoy triste y se me va a escapar alguna lagrimilla, compro unas chucherías en forma de dentadura, quedo con una amiga y hago terapia. Sólo hablamos de cosas serias con las dentaduras puestas. 

 

Querida amiga:

Quizá ahora pienses que tu vida ha terminado, pero no sabes lo equivocada que estás. Tienes una nueva oportunidad para ser feliz. Que sí, que es una jodienda a esta edad empezar otra vez, que quizá tengas hijos, los temas legales se dilaten, te mires al espejo y te veas más vieja, más gorda y más cansada que nunca. Pero ésa no eres tú. Tú eres el brillo en tus ojos, la fuerza de quien se levanta tras la caída, esa sonrisa que se entrevé... No lo sabes, pero si ahora mismo te abrieran un agujerito hacia el futuro, respirarías tranquila porque te espera una vida maravillosa. Vive este momento, te toca, pero no te enfangues, no hace falta. Disfruta esta etapa. Después llegará otra. Y olvídate por ahora del amor romántico, porque estoy segura de que amor no falta en tu vida (mira a tu alrededor, todas esas personas que están ahí te aman). Y si hay alguien en tu camino, tranquila, te lo cruzarás, y si es necesario, chocarás con él. Pero este instante es para ti, para que aprendas que eres un ser completo, que tienes en ti todos los recursos necesarios para ser feliz y que desde la necesidad no se construye ninguna relación sana. 

Un abrazo. Tu yo del futuro.

sábado, 9 de julio de 2016

"Cómo dejar a tu novia"

Resulta que las relaciones se acaban. Sí, así es la vida. A mí me dejó mi novio hace unos cinco meses y medio (no llega). El tío se ha cubierto de gloria, para qué os voy a engañar: todo lo que podía hacer mal lo ha hecho peor. Lo más triste es que no creo que lo haya hecho con ánimo hacerme daño, todo lo contrario: en su absoluta ignorancia y falta de empatía creyó que era lo mejor para mí. Ayer hablando con una amiga, le decía que estaría bien hacerle una lista, por aquello de ahorrarle sufrimiento a otras mujeres del mundo que puedan caer en sus brazos... Terminé escribiendo un decálogo. Está basado en mi experiencia personal, pero aquí puedes encontrar unos básicos.


"Cómo dejar a tu novia"
-sistema de 10 pasos-

1.- Da la cara. Quizá te resulte duro, lo entiendo,  tiene que ser un marrón terrible decirle a una persona que ya no quieres estar con ella. Pero si en algún momento la has querido o simplemente sientes un mínimo respeto por el hecho de que se trata de un ser humano, te aconsejo, no, te imploro, que te sientes delante de ella y se lo digas a la cara. Puede que creas que mirar a los ojos a una persona está sobrevalorado, pero no: las llamadas y mensajes no son medios para finalizar una relación.

2.- No elijas lugares especiales para la ruptura. ¿Sabes ese restaurante donde la llevaste a cenar en vuestra primera cita o ese banco en la Avenida Marítima donde os disteis el primer beso? Pues ésos no son los lugares apropiados para finalizar una relación. En ningún caso lo hagas durante un viaje, ten la decencia de hacerlo antes o después. Lo mejor es que se lo digas en la privacidad de su hogar, donde no quede expuesta a miradas si su reacción incluye lágrimas. Para hombres sin ningún tipo de tacto: bajo ningún concepto la invites a París para dejarla. En París se pide matrimonio o se va de luna de miel, pero no sirve como ciudad de ruptura y no es buena idea por más recuerdos que tengas en esa ciudad. Puede que ella quiera continuar con su vida y no suicidarse desde la Torre Eiffel o llorar desconsoladamente cada vez que vea una escena romántica en cualquier película ambientada en la ciudad francesa.

3.- No confundas motivo con excusa. Si has decidido finalizar una relación estaría bien que dedicases al menos 10 minutos a pensar cómo vas a plantear la ruptura, qué aspectos de la relación no te gustan y por qué crees que no se pueden arreglar. Son preguntas que tu pareja te hará y cuando la respuesta se reduce a un "eeeeh, no sé", la impresión es de desinterés y desidia. Ten en cuenta que el tiempo que tienes que dedicar es directamente proporcional al que haya durado la relación. Además, por si no lo sabes, no es lo mismo un motivo que una excusa. Los motivos son las razones que te han llevado a tomar la decisión, mientras que las excusas son esas justificaciones absurdas que te das para no sentirte como una mierda. Acepta tu responsabilidad y no recurras a subterfugios tipo "creo que no estaba preparado para una relación larga" (o sea, hello, llevamos quince años, si llegas a estar medianamente preparado para una relación larga me habrías dejado a los 65 o cómo va el asunto). 

4.- Ahórrate los motivos que sólo causan dolor. A ver, puede ser que lleves años en una relación que mantienes por inercia, por cariño y comodidad y que hayas decidido que quieres algo más en la vida. Plantéalo así. Todos tenemos derecho a buscar nuestra felicidad -es básicamente nuestra única obligación para con nosotros mismos-, pero no a costa de hacer sufrir innecesariamente a otra persona. Si de quince años de relación crees que los últimos catorce te han sobrado, no compartas esa información porque puede que tu pareja llegue a pensar  -con razón- que ha desperdiciado su vida con alguien que no la quería. Si no has sido sincero en todo este tiempo, ¿qué más te da mantener la mentira un poco más? 

5.- Ten un período mínimo de coherencia previo. La coherencia es un aspecto muy importante y se proyecta no sólo hacia nosotros mismos, sino hacia los demás. Si tienes dudas no le digas a tu pareja 10 días antes de dejarla que han sido las mejores Navidades de tu vida porque las habías pasado a solas con ella y le pidas que se mude contigo a otro país. Aunque no lo creas este tipo de declaraciones genera una serie de expectativas en la otra persona -falsas, obviamente-. Primero sé coherente contigo mismo y ahórratelas si no las sientes; si es demasiado pedir, sé coherente con la otra persona y espera un período prudencial antes de dejarla.

6.- No digas que la dejas por su bien. Esto no es un motivo, es una excusa. Tú no dejas a tu pareja por su bien, sino por el tuyo, cosa que es totalmente legítima, pero tío, asume la responsabilidad. Decirle a una persona "no puedo asegurarte que en los próximos años no te vaya a ser infiel y como no quiero hacerte daño, te dejo" es de una cobardía extrema.

7.- No recurras a las frases hechas. Esto es como jugar al Tabú. No le puedes decir a alguien que es una de las pocas personas que conoces que merece la pena. Es muy confuso y no dice nada bueno de ti: ¿qué eres, gilipollas, y la dejas por otra persona que no es tan buena como ella? Es mejor tachar estas perlas de la lista: menos es más.

8.- Mantener un mínimo respeto hacia la relación mantenida. Por las razones que sean no quieres continuar con la relación: perfecto. Ahora  mantén un mínimo respeto hacia ti mismo y hacia ella, hacia la pareja y la relación: ahórrate decirle que la dejas porque quieres follar con otras tías, como si una relación de confianza valiera menos que un coño anónimo. Eso no dice nada malo de ella, sólo de la clase de persona que eres, de tus valores, prioridades y de tu total falta de empatía.

9.- Ten un período mínimo de coherencia posterior. Es aconsejable, tras una ruptura, un período sin relaciones sentimentales (no incluimos las relaciones sexuales de tipo esporádico, aunque repitas persona). Pero si además has incumplido el punto anterior y le has dicho a tu pareja de hace quince años que la dejas porque hay experiencias que quieres vivir y que no quieres morirte habiendo tenido relaciones sexuales con una sola mujer, no inicies una relación a la semana siguiente. 

10.- En caso de incumplimiento. Creo que te he ofrecido una guía básica -a prueba de inútiles totales- de cómo dejar o no dejar a tu novia. Si aún así incumples total o parcialmente este sistema, te aconsejamos un examen médico porque seguramente no tienes los cojones en su sitio. Háztelo mirar.