Qué curioso: el 22 de enero se cumplieron seis años desde que mi novio me dejara. No creo en la casualidad, en la vida hay sincronicidad. Estos días coinciden con mi "inicio" anual, ya que mi cumpleaños es el 16 de enero, así que es mi momento de cerrar y empezar. Pongamos música, cerremos los ojos, bailemos y volvamos a comenzar.
"Los básicos en una relación"
-sistema de 10 pasos-
1.- Expresa tus necesidades. Yo soy una persona sencilla y directa, que plantea las cosas sin subterfugios. Con los años he aprendido que cada uno interpreta la realidad desde su paradigma, con sus propios códigos, así que no podemos asumir que sean "los únicos" o mejores que los de otros. Desde la certeza de que nadie es como yo, actúo: cuando quiero algo, lo expreso, y si necesito ayuda, la pido. Si a ti te gusta, por ejemplo, ir a ver las luces de Navidad todos los años y has comenzado una relación, no esperes que tu novio te proponga ese plan concreto, quizá para él no sea algo especialmente interesante. Esperar que otro conozca cada aspecto de tus sueños y los colme no es sano, ni para ti, ni para el otro, ni para vuestra relación.
2.- No mendigues. Ahora bien, una vez el otro tiene claro qué es lo que quieres y que es importante, si no lo hace voluntariamente, no implores. Es un tema de amor propio: las cosas o se hacen voluntariamente o no sirven de nada. Ya le has dicho que te gusta ir a ver las luces de Navidad, le has propuesto dar un paseo y te ha dicho que no, pues ponte un jersey y disfruta de los colores. No esperes a que nadie que no seas tú llene tu corazón.
3.- Da una oportunidad. Digamos que ya has sido clara y cristalina en relación con tus "necesidades" (y ésta es una palabra que no me gusta porque la relaciono con "carencias", pero vamos a entenderla como "las cosas que quieres compartir") y tu pareja ha hecho caso omiso. En el Derecho inglés hay un principio: "todo perro tiene derecho a un primer mordisco". A ver, equivocarse es humano, quizá él no ha entendido la importancia que tiene para ti ir a ver las luces de Navidad. Las personas se entienden hablando: sincérate, sin reproches, habla desde el cariño.
4.- No esperes que cambie. Ya has expresado lo que quieres y has compartido tus inquietudes, aquí acaba tu injerencia. Si tiene menos detalles que el salpicadero de un Panda, es lo que hay, lo aceptas o te vas. Si te gustan las peras, busca un peral, no te arrimes a un olmo porque vais a vivir infelices los dos.
5.- Identifica el mínimo común divisor. Esto debería ser lo primero, pero cuesta conocer a las personas y vamos identificando sus valores con el tiempo, así que a veces descubres que esa personas a la que ya quieres no comparte los mismos principios que tú tienes tras un periodo de relación. Es una putada porque ahí ya duele desprenderse. Sí, duele elegirse a uno mismo -no debería ser así, pero es una tontería negarlo-. Tienes que aceptar que hay cosas que no se piden, que tienen que salir solas; que hay cosas que no se explican, que tienen que compartirse. Si no, puedes verte en situaciones muy ridículas, como explicándole a tu pareja que una "amiga" que le llama un domingo por la tarde para proponerle un trío (con otra amiga con la que está borracha), no es una amiga. Si para él la "amistad" incluye proposiciones sexuales, ¿quién eres tú para discutirlo? El problema es tan de base que no se puede hacer nada. A ver, siempre puedes pasarle una lista con lo que es y no es amistad: si quiere hacer un trío contigo, no es una amiga; si sólo te llama para saber si sigues teniendo novia, no es amiga; si lo único que tenéis en común es follar, no es tu amiga; si no le importa generarte un problema con tu pareja, no es tu amiga. ¿Pero te quieres ver en esa situación? ¿Crees que es eso lo que mereces?
6.- Tu sitio te lo dan, no tienes que reivindicarlo. Al final, todo pasa porque tu pareja tenga claro qué lugar ocupas en su vida, no por un imperativo externo, sino porque salga de él. Uno no puede controlar lo que hacen los demás, ni que el sentido del respeto sea el mismo que rige en vuestra relación. Es a los miembros de esa pareja a los que corresponde establecerlos límites y procurar que terceras personas los respeten. Así que si te llama una "ex" proponiéndote un trío, obviamente no es responsabilidad tuya, pero sí lo es que esa persona tenga claro que esa proposición está fuera de lugar y no pude volver a repetirse. La respuesta no puede ser vaga, ni dar la impresión de que simplemente "no te viene bien", porque entonces estás dejando la puerta abierta para una futura propuesta y ahí quien está faltando el respeto a tu pareja eres tú.
7.- Las mochilas. Además de todo esto está todo el bagaje con el que llegamos a una relación, sobre todo a estas alturas de nuestra vida. A esta edad todos tenemos la piel curtida, cicatrices, experiencias que nos condicionan y terminamos reaccionando en el presente antes estímulos que están en nuestro pasado. Es muy difícil hacer "borrón y cuenta nueva", tener el valor de centrarnos en el presente, no dejarnos arrastrar por la nostalgia de lo que fue, que ya no está ni volverá, y darnos la oportunidad de ser felices. Muchos no son capaces de soltar el lastre y llegan a las relaciones con una carga que no va a permitir que una nueva relación florezca. Y si tú sí has hecho ese trabajo personal, debes ser lo suficientemente generoso contigo mismo y no establecer relaciones con personas que no están ahí. Porque no es justo para ti ofrecer un lienzo en blanco a alguien que sólo puede compartir contigo una esquina del suyo. Está claro que te ofrece todo lo que tienen, pero uno debe quererse bien y decir que no. Así que si tu pareja te dice que él es el pilar de su ex mujer y que eso va a seguir así siempre, eres sólo tú quien debe decidir si una relación triangular es aceptable. Y si lo es, "pa' lante". Pero no te engañes: el pilar de cada uno no puede estar fuera y es muy triste que tu pareja sienta que lo es de una tercera persona. Desde ahí no podrás construir nada.
8.- Mientras dura, todo; cuando termina, ni un día más. Ya somos mayores, todos tenemos claros que el "y felices para siempre" puede terminar dentro de un cuarto de hora, pero eso no importa porque el futuro no existe, sólo tienes el aquí y ahora mismo lo es todo. Si vives a medias para que duela menos cuando se termine (no tendría por qué doler, pero ni tú ni yo estamos iluminados, todavía), es como si construyes una casa sólo con la mitad de los ladrillos: un colador por el que se terminará yendo todo al traste. Lo que te den no depende de ti, tú sólo tienes "control" sobre lo que ofreces y sólo puedes decidir si te quedas cuando ves lo que te dan. No juegues con alguien que no es capaz de apostarlo todo. Eso sí, el día que termine, despídete y quita toda tu energía de esa persona.
9.- No dudes de ti misma. Esto es realmente difícil, sobre todo si, como yo, eres una persona que tiendes a cuestionarte para no caer en esas conductas que no quieres repetir. Quizá necesites hablarlo con amigos, pues hazlo, no es lo ideal, pero el refuerzo positivo externo funciona porque seguramente con tus amigos sí compartas esos "básicos" que con él no tienes. Escuchar que enfadarte cuando tu novio le dice a una chica que no le viene bien tener un trío (dejando la puerta abierta al siguiente fin de semana) es "normal", que eso en ningún caso son celos y que el concepto que tiene tu novio de amistad es de lo más cuestionable te va a reforzar y, con un poco de suerte, te mantengas en tu decisión. Pero, cielo, tú sabes qué es lo que quieres, qué es aceptable para ti y dónde está tu lugar.
10.- Aquí no es. Consecuencia de todo lo anterior es que éste no es tu sitio porque, al final, quien decide eres tú y quien se tiene que dar un sitio en este mundo frente a todos eres tú misma. Y quizá pasen otros seis años o esto vaya a ser así siempre. Que no es lo que quieres, que te gustaría tener una pareja con quien compartir tu vida, sí, claro... La pregunta es, ¿a qué precio? Pero cualquier respuesta está bien, porque sólo nosotros sabemos qué podemos soportar y qué no. Quizá puedas sobrellevar que tu pareja tenga esta clase de "amigas", pero no seas capaz de acostarte sola cada noche. Nadie te va a juzgar, pero sobre todo, no lo hagas tú misma. Sé compasiva.